martes, 10 de septiembre de 2013

LA ESTRELLA EN EL RIO...

    Hora quieta. Ya torna a la salvaje
quietud del nido, el pájaro furtivo;
y allá por el ocaso de oro vivo,
la barca de la luz emprende el viaje...

    ¡Qué dorada penumbra en el paisaje!
y qué triste el mirar del buey esquivo...
Y qué lindo lo azul que está cautivo
entre el marco de rosas del celaje...

    ¡Qué regalada sencillez de vida!
Cómo se siente el alma recogida
a la caricia de la tarde que arde...

    ¡Y cuál se alumbra el pensamiento mío,
cuando en el lecho de cristal del río
miro temblar la estrella de la tarde!

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