jueves, 20 de septiembre de 2012

ALLA


ALLA

Lucita, ¡ qué pena
me da ver, envueltos en tímidos lampos
de luna, tus campos,
tu tierra morena;
la loma que se alza
con los capulines por que suspirabas,
y aquellos caminos por donde pasabas
bañada y descalza…!
¡ Qué pena tan triste…!
Tu campo está en sombras, pues tú eras la luz;
y en el camposanto, luego que te fuiste,
han puesto otra cruz...
Un día dijeron que estabas perdida,
y a tu propia vieja la hirieron abrojos;
y cuando el verano desnudaba huertos
a tu madrecita la hallaron dormida,
pero con los ojos
abiertos...
Tú no comprendías, que era la ciudad
fuego que consume con sus luces malas,
y que a las Lucitas les quema las alas
de la ingenuidad...

Alfredo Espino – Jícaras Tristes: Casucas


sábado, 15 de septiembre de 2012

LA MATARON UN DIA


        “La mataron un día que se jue a traer l’agua…
¡Un hilito de sangre le manchaba la nagua!”

Ya no vendrá la moza de ojos madrugadores.
Solamente cantando de un maizal de las lomas
a mojarse las alas vino un par de palomas,
de esas que a veces bajan a los patitos con flores...

Inquietaron la poza. Marcháronse juntitas.
Sólo se oyen rumores de la finca cercana.
Una ramas se mueven, turbando la mañana
y en lenta lluvia caen flores y hojas marchitas.

Poza de aguas celestes: los besos montañeros
han desnudado ramas para tejer tus velos;
eres azul y honda de tanto mirar cielos,
y eres trémula y clara de tanto ver luceros.

Muchacha de ojos negros como dos “clarineros”,
desde que te llevaron, pálida, entre una caja,
ya a la poza con flores tu mamita no baja:
se acuerda de tus ojos cuando ve los luceros
parpadeando en la poza llena de aguas claritas.

Ya el cántaro no baja,
se secan los bejucos en tu rancho de paja.
Cada día amanecen unas flores marchitas…

Alfredo Espino – Jícaras Tristes: Casucas
 

sábado, 8 de septiembre de 2012

EL NIDO

        Es porque un pajarito de la montaña ha hecho,
en el hueco de un árbol su nido matinal,
que el árbol amanece con música en el pecho,
como que so tuviera corazón musical…

Si el dulce pajarito por entre el hueco asoma,
para beber rocío, para beber aroma,
el árbol de la sierra me da la sensación
de que se le ha salido, cantando, el corazón…

Alfredo Espino – Jícaras Tristes: Casucas

sábado, 1 de septiembre de 2012

UN RANCHO Y UN LUCERO


Un día - ¡primero Dios!
has de quererme un poquito.
Yo levantaré el ranchito
en que vivamos los dos.

¿Qué más pedir? Con tu amor,
mi rancho, un árbol, un perro,
y enfrente el cielo y el cerro
y el cafetalito en flor…

Y entre aroma de saúcos,
un cenzontle que cantara
y una poza que copiara
pajaritos y bejucos.

Lo que los pobres queremos,
lo que los pobres amamos,
eso que tanto adoramos
porque es lo que no tenemos…

Con sólo eso, vida mía;
con sólo eso:
con mi verso, con tu beso,
lo demás nos sobraría…

Porque no hay nada mejor
que un monte, un rancho un lucero,
cuando se tiene un “te quiero”
y huele a sendas en flor…

Alfredo Espino – Jícaras Tristes: Casucas