miércoles, 24 de octubre de 2012

LA TARDE EN EL PUEBLO


Esta tarde de enero no tiene la pureza
de aquella tarde muerta que ya echaste al olvido;
sobre la misma hierba, cansada, se ha tenido,
y enferma de recuerdos, la hermanita tristeza…

        Sin embargo es la misma transparente belleza…
El viejo campanario, y el paredón florido,
y el amate a la vera de la senda erigido
con los brazos abiertos a la humilde pobreza.

De las casas hincadas bajo de la arboleda,
la tarde está agitando sus pañuelos de seda,
y la vida en el pueblo pisa alfombras de calma.

… Y yo no quiero nada: me dejo de ser mío,
porque sobre el camino –largo como un hastío-
persiguiendo tu sombra se va toda mi alma…


Alfredo Espino – Jícaras Tristes: Casucas

2 comentarios:

  1. Me encanta este poema, me hace recordar mi país El Salvador, estoy tan lejos de mi terruńo

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